Pues si, no hemos parado de hacer faenas en el cortijo.
Nos tocaba el turno del agua y, aunque la vega todavía mantenía la humedad del riego anterior, a los bancales les venía muy bien un refrecón. Los chirimoyos de la variedad Campa, situados en los bancales, en un par de semanas estarán para cogerlos y con el agua engordarán un poquito más. Al resto le falta todavía un mes largo para comenzar la cosecha. Los árboles tiene mucha fruta y buena, de los precios mejor ni hablar, ¡vaya mafia que tienen las corridas de fruta!
Aprovechando el agua le di un buen riego a las patatas, que ya están prácticamente brotadas todas, también seguí regando los tomates y los pimientos ya que todavía siguen dando fruto.
El bricolaje ha sido otra tarea del fin de semana. He restaurado la puerta de la cocina, eliminando las tablas verticales que tenía y le he colocado en la parte inferior tablas nuevas y en los huecos que han quedado encima les colocaré unos cristales, para tener luz natural en la cocina, sin que entre el frío o la lluvia.
Pero la faena más dura ha sido la continuación del muro de la entrada. Hoy domingo, de nuevo con Silvio y Víctor, le hemos dado un buen avance. Ya hemos calculado que como máximo en tres domingos lo terminamos.
A todo esto, nos dio tiempo de reunirnos el sábado con Víctor Cordón y familia en La Herradura. Estuvimos cenando en su terraza contemplando los reflejos de las luces en el mar. La verdad es que con buena compañía todo se ve y sabe muy bien.
También he colocado las etiquetas actualizadas a los mangos. En ella escribo si proceden de bolsa o sembré directamente las semillas en el suelo; el año de injerto y la variedad.
Las flores de las esponjas ya se están abriendo, si todo va bien, para diciembre estarán los frutos de coger. Es curioso ver las rastras de la planta enredadas entre las ramas de los aguacates y el color amarillo de sus flores.
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