AMANTES DEL CAMPO

sábado, 24 de marzo de 2012

CONSERVA DE PUERRO

En nuestros viajes que hacemos por La Rioja para visitar a la familia, tenemos como visita obligada la casa de los amigos Gregorio y Juani.

Tras los saludos de rigor, la conversación se centra en el tiempo, el campo y la huerta. Gregorio me enseña lo que ha sembrado, cómo lo labra, cuándo echa las semillas, cuándo recoge el fruto, etc. Fue en un puente de la Inmaculada, que nos escapamos los "cuñaos" para hacer la ruta por las bodegas, tascas, bares y restaurantes de La Rioja (¡bueno! también hicimos turismo cultural, no todo fue vino y buenas tapas -pinchos como allí le llaman-), cuando viendo la tierra de su huerto labrada y muy bien surcada, que le comenté, algo contrariado (por la época en que estábamos y lo que pudiera tener cultivado) qué tenía sembrado, no atinaba a adivinarlo. El contestó que nada y me quedé un tanto contrariado; que siempre dejaba la tierra surcada para que no se apelmazara y a la hora de preparar el huerto de verano le resultara menos trabajoso. Yo, desde aquel año, siempre sigo su ejemplo y todos lo bancales del Cortijo los dejo siempre surcados, la diferencia a como se quedaban antes es considerable. Algunos vecinos que se lo he explicado ya lo hacen también.

Y, como no, tras ver el huerto siempre le pido al amigo Gregorio que me enseñe su despensa. No son autosuficientes, porque hoy día dependemos de muchas cosas del experior, pero si se quedaran aislados un mes, os aseguro que hambre no pasaban (ni vino les faltaría). Mientras observo las estanterías llenas de melocotones, patatas, pimientos, habichuelas, alcachofas, tomate, puerros, ciruelas, etc. pienso en la ilusión que me haría hacer yo mi propia conserva.

Volviendo al Cortijo, llevo observando desde hace tiempo que los puerros han adquirido un grosor considerable, su desarrollo ha sido muy rápido y todos mantienen una forma homogénea. Cada vez que los veía se me venía a la mente la misma idea: "este año hago los puerros en conserva".

No es conveniente dejar que el puerro engorde mucho ya que se ponen dulces y pierden su sabor característico y propio.

El puerro desarrolla multitud de raíces y como hay que enterrarlo mucho para conseguir que su parte blanca sea lo más larga posible, es conveniente arrancarlos cuando la tierra esté húmeda, si no se te puede partir al tirar de ellos. Esta semana llovió el lunes y el martes (30 y 23 litros respectivamente) con lo que la tierra está húmeda y tierna.

Así que esta tarde gris que hemos tenido en nuestra Costa Tropical, arranqué los puerros y me puse manos a la obra para preparar mi primera conserva de puerros.

Lo primero que hay que hacer es cortarle las raíces y quitarle la última capa del puerro, se queda la planta blanquita.

Después se corta un poco por encima de la parte blanca, aprovechando también la primera parte verdosa de la planta.

Una vez lavados se vuelven a cortar en trozos de 3 a 5 cm. y se introducen en los botes de cristal. Yo he dejado algunos enteros, sin cortar, para adaptarlos a mis botes de conserva.

Luego se llenan los botes de agua hasta lo alto, se le echa un poquito de sal y se tapan bien.

Finalmente se introducen en una olla con agua que cubra totalmente los tarros de cristal y se cuecen durante al menos una hora y cuarto. Y ya está por fin me he salido con la mía.

He preparado 10 botes de diferentes tamaños, para sacar el que convenga según los comensales.

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